El escenario de su gira ‘Viaje’ estaba decorado como una estación de trenes. El cantante gualtemalteco consiguió que el público lo siguiera gustoso por un recorrido por sus discos. El concierto en el American Airlines Arena fue una exitosa arrancada de la gira ‘Viaje’ en Estados Unidos.
Cuatro veces tuvo que salir Ricardo Arjona al escenario antes que lo dejaran ir el pasado viernes en su presentación en el American Airlines Arena de Miami. Cada vez que intentaba dar la vuelta, el público reclamaba su regreso con más aplausos.
Un apartamento, un bar, un circo y un teatro para Metamorfosis, o la fachada de un edificio en Quinto piso, han sido los monumentales escenarios de sus presentaciones anteriores. Esta vez en su gira Viaje, que toma el título de su decimocuarto álbum (2014), es una estación de trenes de dos pisos, con faros, cruces, rieles, bancos y señales, a la que llegó conduciendo una destartalada bicicleta de cuatro ruedas y cantando A la luna en bicicleta, con la que inició el concierto.
Otros de los temas de este disco que interpretó fueron Invertebrados, Piel pecado, Apnea, Desnuda y Lo poco que tengo, junto a Dime que no y Cuándo.
Cavernícolas, otra de Viaje, es una nostalgia por el amor en los tiempos de antes. Analógico, sin Facebook, sin pajarito de Twitter, o sin WhatsApp, al natural. “Podemos descubrir cuánto tiempo lleva una pareja según se sientan”, dijo bromeando: “Si se agarran las rodillas y se besan, llevan unos tres meses, pero si él se pone a leer el periódico, entonces deben llevar como 10 años”.
En 30 años de carrera Arjona tiene canciones que no puede olvidar en sus conciertos, el público no lo deja; dos de ellas, de su álbum Historias (1994), ya se han vuelto inevitables. Para la primera, Historia de taxi, apareció en el escenario montado en un pequeño vehículo negro con rótulos de un auto de alquiler, acompañado por el guitarrista y el violinista de su banda. El cuento de Norma, en una versión con marcado arreglo latino, puso al American Airlines Arena de pie. Todo el mundo, hasta los más escépticos, corearon la canción convencidos de que esta historia de infidelidad por partida doble le pudiera ocurrir a cualquiera.
La otra, Señora de las cuatro décadas. Para este clásico Arjona siempre invita a una mujer en sus 40 a subir al escenario, la sienta al lado y le canta la canción. Como condición pone “Que no traiga marido, que tolere a este personaje y que tiene que ser un poquito atrevida”. Esta vez la afortunada fue Francesca, una venezolana que como otras levantaba un cartel esa noche en el American tratando de llamar la atención. Cuando bajó, salió disparada para abrazar a las amigas que la esperaban para felicitarla. También del disco Historias interpretó –¿a manera de desquite?– Realmente no estoy tan solo.
Para Si el norte fuera el sur proyectaron imágenes del presidente Obama, Chespirito, el Che Guevara, Paris Hilton y banderas latinoamericanas. “Si el norte fuera el sur”, comentó, “nuestros gobernantes no nos hubieran obligado a mudarnos de nuestros países”. Una ovación de un público hispano, que sintió muy a fondo lo que dijo, fue la respuesta.
Luego sentado sobre una maleta cantó Cómo duele, El amor (según él su lista de quejas), Tarde, Sin daños a terceros y Te conozco. Un coro gigante lo siguió en casi toda la canción. En Puente, dedicado a los cubanos de La Habana y Miami, la letra “…muero por la pena de no poder construir un puente de 90 millas para que los primos corran a abrazarse…” arrancó chiflidos y “bravos” de los cubanos, que identificados con el tema, lo obligaron a interrumpir la canción por unos segundos.
Fuiste tú, de Independiente (2011), parecía ser el cierre de este concierto, con el que comenzó su gira por Estados Unidos, pero regresó para cantar Canciones que dejé impresas en vinilo, en un escenario iluminado solamente con los faroles de la estación. Para despedirse, antes de cada tema preguntaba: “¿Qué, otra?, ¿Listo?, ¿Ya?, ¿Qué más?”. Y terminó con Me enseñaste, Se nos muere el amor, Quién diría, Tu reputación y Mujeres.
Miami ha sido la primera ciudad de su gira por Estados Unidos, después de presentarse en varias ciudades latinoamericanas. Luego Arjona sigue hacia Chicago, Nueva York, Phoenix, Las Vegas, El Paso, Hidalgo, Dallas, Houston y San Diego, donde terminará el 29 de marzo.
Alberto Sánchez | El Nuevo Herald